In memoriam, Juan Giménez (1943-2020)
Tristísima noticia. Ha fallecido Juan Giménez en su Mendoza natal, adonde había arribado en un vuelo desde Barcelona, probablemente ya infectado con el COVID-19 que le ha segado la vida.
El primer contacto que tuve con su obra fue hacia 1981, gracias a un compañero de EGB, Rodri, que me puso sobre la pista de Factor Límite, un álbum formidable sobre una guerra futurista. Desde entonces Giménez entró en el listado de autores de los que lo compro todo.
También tenía su firma el primer libro que compré en inglés, The Art of Heavy Metal. Animation for the Eighties (NY Zoetrope, 1981), que daba buena cuenta del 'making of' de un film señero de esos primeros años 80, 'Heavy Metal', donde el espíritu de las revistas de cómics para adultos conseguía una traslación cinematográfica.
Precisamente en 2002, en la Hispacón-Barnacón, promoví un homenaje a una de esas revistas, '1984', en forma de mesa redonda, con el título de "1984: la ciencia ficción que vino de Barcelona", en la cual Juan Giménez compartía mesa, moderado por Toni Guiral, con Josep María Beà y Fernando Fernández. Además, Giménez, que era invitado de honor, tuvo un acto excelente hablando de sus trabajos de ciencia ficción, presentado por el escritor Eduardo Vaquerizo. Descubrí entonces su amabilidad y su vitalidad, embutido en un traje de motorista, pues se desplazaba en moto, una de sus pasiones.
En 2015, gracias a Toni Benages, tuve la suerte de introducir en el Cryptshow de Badalona una charla con Juan Giménez acerca del film Heavy Metal, en el que había participado el autor argentino y desgranar así su estancia en Canadá y el laborioso proceso de producción. Allí hablamos de su querencia por el mundo del motor, de la aviación (ahí está su As de pique, una de las mejores series de aviones de todos los tiempos), de cómo su aportación contribuyó a cambiar la imagen de la ciencia ficción, de su magistral Ciudad con guión de Ricardo Barreiro... Puse hincapié en un aspecto que me parece fundamental en su obra: su capacidad como narrador; era buen dibujante, dibujante de cómic, con la exigencia que ello implica, pero como narrador estaba en primerísima línea.
En Badalona tuve oportunidad de cenar varias veces con el maestro y con su esposa. Era un placer escucharle. Contaba cómo la serie de los Metabarones le había puesto otra vez en el mercado. Su humor, teñido con ese inconfundible acento argentino, era impagable. Solo un botón de muestra: cuando recibió el Premio de Honor en Cryptshow estas fueron sus palabras: "'¡¡Por fin... por fin!!".
Descanse en paz, maestro Juan Giménez.
El primer contacto que tuve con su obra fue hacia 1981, gracias a un compañero de EGB, Rodri, que me puso sobre la pista de Factor Límite, un álbum formidable sobre una guerra futurista. Desde entonces Giménez entró en el listado de autores de los que lo compro todo.
También tenía su firma el primer libro que compré en inglés, The Art of Heavy Metal. Animation for the Eighties (NY Zoetrope, 1981), que daba buena cuenta del 'making of' de un film señero de esos primeros años 80, 'Heavy Metal', donde el espíritu de las revistas de cómics para adultos conseguía una traslación cinematográfica.
Precisamente en 2002, en la Hispacón-Barnacón, promoví un homenaje a una de esas revistas, '1984', en forma de mesa redonda, con el título de "1984: la ciencia ficción que vino de Barcelona", en la cual Juan Giménez compartía mesa, moderado por Toni Guiral, con Josep María Beà y Fernando Fernández. Además, Giménez, que era invitado de honor, tuvo un acto excelente hablando de sus trabajos de ciencia ficción, presentado por el escritor Eduardo Vaquerizo. Descubrí entonces su amabilidad y su vitalidad, embutido en un traje de motorista, pues se desplazaba en moto, una de sus pasiones.
En 2015, gracias a Toni Benages, tuve la suerte de introducir en el Cryptshow de Badalona una charla con Juan Giménez acerca del film Heavy Metal, en el que había participado el autor argentino y desgranar así su estancia en Canadá y el laborioso proceso de producción. Allí hablamos de su querencia por el mundo del motor, de la aviación (ahí está su As de pique, una de las mejores series de aviones de todos los tiempos), de cómo su aportación contribuyó a cambiar la imagen de la ciencia ficción, de su magistral Ciudad con guión de Ricardo Barreiro... Puse hincapié en un aspecto que me parece fundamental en su obra: su capacidad como narrador; era buen dibujante, dibujante de cómic, con la exigencia que ello implica, pero como narrador estaba en primerísima línea.
En Badalona tuve oportunidad de cenar varias veces con el maestro y con su esposa. Era un placer escucharle. Contaba cómo la serie de los Metabarones le había puesto otra vez en el mercado. Su humor, teñido con ese inconfundible acento argentino, era impagable. Solo un botón de muestra: cuando recibió el Premio de Honor en Cryptshow estas fueron sus palabras: "'¡¡Por fin... por fin!!".
Descanse en paz, maestro Juan Giménez.
Pablo Herranz